... un día nos levantamos pronto y fuimos de excursión a mi querida Altafulla, uno de mis pueblos de costa favoritos. En otoño es cuando se está mejor. Es cuando el pueblo empieza a hibernar y espera silencioso y apagado a que el verano lo reviva. Pero los rayos del Sol no lo dejan dormir del todo y la luz juguetona se cuela por todos sus rincones dando una vida especial a piedras y a olas, revolviendo cada uno de los recuerdos que guardo en sus calles y plazas.
En fin, todo encaminado a que yo volviera con sueños de jubilarme en una de esas casitas blancas a la verita del Mediterráneo, donde desayunarse a base de porrón y sardinas en una tibia mañana de octubre.
1 comentari:
Ai! Que m'he emocionat i tot de veure el meu text aquí! És tot un orgull!!
Per cert, la foto que teniu al títol del blog em sembla ESPECTACULAR!!!!
Quin poble més bonic que teniu.
Una abraçada!
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